Originalmente creados como podio para los músicos que tocaban en las plazas públicas durante el porfiriato, los kioscos se han convertido en puntos de reunión de los habitantes de la ciudad. Algunos de ellos aún se conservan en perfectas condiciones, como el kiosco Morisco, que fue el pabellón de México en la Exposición Universal de 1884.
De origen turco-otomano y hechura francesa, algunos de los que mostramos en Itinerario fueron regalos conmemorativos de los primeros 100 años de la Independencia. Descubre su historia… y postéala en nuestro FB.
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